Imaginemos un futuro en el que los hoteles se transformen en espacios de hospitalidad completamente nuevos. En la década de 2030, la industria hotelera experimentará una revolución en la forma en que los huéspedes experimentan su estadía. Cinco líderes de la Práctica de Viajes, Logística e Infraestructura de McKinsey han compartido sus visiones sobre cómo será la experiencia hotelera en esta década, y aquí presentamos una visión general de lo que podría esperarse.
Comodidad y personalización: Eliminando los puntos de dolor
La comodidad y la personalización serán el corazón de la experiencia hotelera del futuro. Se prevé que todos los puntos de dolor desaparezcan. Imagina un mundo sin filas de registro o restricciones de horarios para el check-in. La tecnología será la clave, permitiendo a los huéspedes acceder a sus habitaciones de manera ágil y sin intermediarios. La experiencia se volverá fluida y sin obstáculos.
Lo que querrán los futuros viajeros: Experiencias únicas y auténticas
Los viajeros del futuro anhelarán experiencias únicas y auténticas. La programación de hoteles será esencial, ofreciendo eventos y actividades exclusivas que no se puedan replicar. Los hoteles deberán adaptarse a sus entornos locales, incorporando elementos culturales y experiencias únicas. La personalización se extenderá más allá de las comodidades básicas, llegando a detalles como la intensidad de la luz en la habitación o las opciones de café disponibles.
La sostenibilidad imperativa: Compromiso con el medio ambiente
La sostenibilidad se convertirá en un pilar fundamental en el hotel del futuro. Los huéspedes, ya sean viajeros de negocios o de ocio, buscarán garantías de que se encuentran en lugares que respetan el medio ambiente. La demanda de sostenibilidad abarcará todo, desde los materiales utilizados en la construcción de hoteles hasta la forma en que se procesa y se sirve la comida. Los hoteles deberán demostrar su compromiso con prácticas respetuosas con el entorno, incluyendo la gestión eficiente de la energía con sensores en las habitaciones para reducir el impacto ambiental.
El talento importa: Flexibilidad y bienestar laboral
El hotel del futuro deberá ser un empleador responsable y versátil. Los empleados desempeñarán roles diversos y flexibles para adaptarse a las necesidades cambiantes de los huéspedes. La retención del talento será crucial para brindar experiencias excepcionales. La felicidad, el bienestar y la capacitación de los empleados serán elementos clave para garantizar que los huéspedes reciban un servicio de alta calidad.
El hotel del futuro será un lugar donde la comodidad, la personalización y la sostenibilidad se entrelacen para brindar experiencias excepcionales a los viajeros del siglo XXI. Además, será un espacio donde el talento se valorará y retendrá de manera efectiva para garantizar que cada estadía sea única y memorable.
Artículo originalmente escrito por Margaux Constantin, Vik Krishnan, Matteo Pacca, Steve Saxon y Caroline Tufft, en McKinsey.com
