La Paytech Kushki, el unicornio de pagos, acaba de hacer historia al convertirse en el primer adquirente no bancario de América Latina. Esta hazaña fue posible después de recibir aprobaciones regulatorias en México, Chile, Perú y Colombia, donde ha establecido una membresía primaria con gigantes como Visa y Mastercard.
Antes de esta transformación, los comerciantes y empresas procesadoras de pago en la región tenían que depender de adquirentes locales por país, generalmente operados por los antiguos monopolios de los años 90. Estos actores rara vez ofrecían incentivos para desarrollar un acceso más amplio al ecosistema o innovar en su infraestructura.
Después de siete años desde su fundación, Kushki obtuvo la autorización de los reguladores latinoamericanos para operar como adquirente comercial, lo que les permite conectar directamente a comercios y empresas con las principales redes y sistemas de pago en la región, eliminando intermediarios innecesarios y dependencias de instituciones bancarias de terceros.
Los beneficios que Kushki promete ofrecer son numerosos: facilidad de integración tecnológica, mejoras en las tasas de aceptación, sistemas de gestión de fraude más robustos, transacciones más rápidas, mayor estabilidad y trazabilidad en el procesamiento de transacciones, además de un servicio más personalizado.
Aron Schwarzkopf, CEO y co-fundador de Kushki, expresó su entusiasmo por este hito, destacando la inversión de recursos y compromiso en este proyecto regulatorio de infraestructura sin precedentes en América Latina. Kushki busca empoderar a los negocios a utilizar esta innovación y construir empresas de pagos basadas en su tecnología.
Este logro marca un paso crucial para Kushki, que el año pasado lanzó Kushki Mundial, permitiendo que clientes globales accedan a su tecnología de pagos desde cualquier lugar del mundo. En 2022, también adquirieron la empresa de servicios financieros Billpocket en México, demostrando su crecimiento continuo y compromiso con la revolución de los pagos en la región.
Artículo adaptado del originalmente escrito por Brayan Xavier Becerra, en La República
